Diario de la ciudad de Manuel Alberti (24.9.24) www.manuelalberti.com.ar La comunidad de Manuel Alberti se encuentra de luto tras el fallecimiento de una vecina y bailarina muy querida y respetada: María Antonia Sureda falleció el pasado jueves 19 de septiembre tras dar batalla a una dura enfermedad. Su partida deja un vacío inmenso en el corazón de todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerla y disfrutar de su baile.
Sureda dedicó su vida a la danza folclórica y formó parte primordial de Ballet “El Resero” con una pasión que cultivó desde muy joven. A pesar de limitaciones económicas y las dificultades que enfrentó a lo largo de su vida, nunca dejó de bailar y de transmitir su amor por las tradiciones culturales de su tierra. Su compromiso y dedicación la convirtieron en un símbolo de perseverancia y amor por el arte en su comunidad.
Sus presentaciones eran un reflejo de la rica herencia cultural de la región, y su habilidad para contar historias a través de la danza era inigualable. Cada movimiento, cada gesto, estaba impregnado de una profunda conexión con sus raíces y una pasión que inspiraba a todos los que la veían.
Sureda fue parte también de la Casa de la Cultura de Manuel Alberti y colaboró con el Rotary Club de Manuel Alberti, además de colaborar en cuanto acto patrio o solidario era invitada e incluso bailó para la Antártida en el marco de la presentación del libro MANUEL ALBERTI, Presbítero del encuentro, escrito por José Cuello.
La noticia de su fallecimiento ha conmovido profundamente a los habitantes de Manuel Alberti, amigos, familiares y vecinos los cuales se han reunido para rendirle homenaje y recordar los momentos compartidos con ella. “Era una persona increíble, siempre dispuesta a ayudar y a enseñar a los más jóvenes. Su legado vivirá en cada uno de nosotros”, comentó Jessica, compañera de baile y amiga.
“Mis mejores recuerdos de ella son como profesora, como amiga y como un ser que diariamente me llamaba para compartir de la vida y la seguridad que te trasmitía en cada actuación “, comentó Marga Álamo Rocha. “Ella llevó su ballet a un lugar muy alto, donde en cada actuación le llenaba el alma. Volá alto y gracias por tanto afecto”.
El legado de Antonia perdurará en la memoria de su comunidad, no solo por su talento como bailarina, sino también por su espíritu generoso y su dedicación a preservar y promover la cultura folclórica. Su vida es un recordatorio de que, a pesar de las adversidades, la pasión y el amor por el arte pueden iluminar incluso los lugares más humildes.
“Para mí Antonia no se fue, siempre va a estar entre nosotros, en cada 11 de julio, la fecha fundacional que logre imponer y por la cual tanto colaboró y apoyó”, expresó el periodista, escritor José Cuello. “La conocí cuando fui director de la casa de la cultura en 2012 y hacíamos un gran equipo, haciendo cultura y promoviéndola sin banderas políticas. Después en el Rotary Club de Manuel Alberti volví a compartir gratos y solidarios momentos. Pero lo que siempre va a quedar en mi memoria es su participación durante la presentación de la Bandera de Manuel Alberti en plena pandemia y la vez que Bailó para agradecerá a la Base esperanza de la Antártida donde envié mi libro”. Recordó el hacedor cultural. “Me hubiese gustado que haya podido ver el nuevo documental KM 42,5 (que aún no lo estrené), porque ella está en él y así la recordarán sus amigos y la conocerán las futuras generaciones”, finalizó Cuello.
Visitas: 205